Tras meses de incertidumbre ante un posible diagnóstico de cáncer, Anita encontró en el
doctor Avellaneda un profesional cálido, empático y resolutivo. Su experiencia demuestra la
importancia de la atención médica temprana, especializada y humana.
Anita relató cómo comenzó su proceso: «Mi historia empezó el año pasado, en julio. Primero
pensé que era un problema intestinal, pero después, googleando, encontré a la doctora que
me atendió en principio, que era una cirujana coloproctóloga». Durante casi un año, explicó,
pasó por múltiples estudios sin obtener un diagnóstico claro ni un plan de tratamiento. «Todos
los médicos que consultaba me decían que tenía cáncer a partir de un pólipo que estaba
localizado en el recto bajo, cercano al ano, pero no había un tratamiento porque tampoco
había una biopsia. Me hice colonoscopía, resonancia, pero nada que me diera un diagnóstico
concreto, porque las biopsias que me hacían arrojaban todas un resultado negativo», confesó.
La resonancia magnética nuclear, un estudio que sirve para ver cuán avanzados son los pólipos
a nivel local (en el recto) informaba que este era un pólipo avanzado, por lo que en caso de
confirmarse que fuera un pólipo maligno, debería ser sometida a quimio y radioterapia previo
a operarse.
Fue entonces cuando volvió a buscar en internet y encontró al doctor Nicolás Avellaneda.
«Pedí una consulta en mayo y a los dos días ya tenía turno. Desde el primer momento me
encontré con un ser muy cálido, muy empático. En diez minutos resolvió lo que llevaba meses
sin solución: me dio su teléfono particular, el de su secretaria y coordinó rápidamente el día
para hacerme la biopsia que necesitaba, ya que antes la dificultad de hacer un diagnóstico
endoscópico, debía realizarme una biopsia quirúrgica en quirófano», agregó.
El proceso con Avellaneda avanzó con rapidez y precisión: «Yo lo vi a Nicolás un jueves, y el
lunes ya estábamos haciendo la biopsia en quirófano por vía transanal. El procedimiento fue
ambulatorio, lo cual quiere decir que al terminar me pude ir a casa. Cuando finalizó la
operación, me dijo: ‘En mi humilde opinión el pólipo no parece maligno, y yo descreo de lo que
decía el informe de la resonancia previa’. Por esa razón, no solo tomó las biopsias, sino que
también envió a repetir la resonancia en un lugar donde él siempre manda los pacientes con
cáncer de recto, para que la vea una médica especialista en el tema.
“Una vez recibidos todos los estudios y la biopsia, me confirmó que efectivamente no parecía
una lesión maligna, y la nueva resonancia mostraba que en realidad la infiltración del pólipo
era mínima. Si bien la lesión tenía biopsia positiva para un adenoma, que es una lesión
precáncerosa, es decir, una afección que con el tiempo puede convertirse en cáncer, en este
momento todavía parecía estar a tiempo para una resección completa por vía transanal
mínimamente invasiva, con fines curativos».
Esa cirugía definitiva se llevó a cabo en Agosto de 2025, y también fue ambulatoria, por vía
transanal laparoscópica, lo cual implica que Anita se realizó el procedimiento y posteriormente
pudo volver a su casa. La lesión fue resecada en su totalidad, y la anatomía patológica
confirmó que era una lesión premaligna (es decir), no un cáncer, por lo que con la cirugía era
suficiente para curar la enfermedad. “Para mi fue una noticia increíble, porque me habían
dicho que tenía cáncer y que iba a tener que hacer quimioterapia y radioterapia, tenía mucha
incertidumbre, y 2 meses después estaba curada con una cirugía ambulatoria sin necesidad de
ningún otro tratamiento”.
Sobre su recuperación, Anita contó: «Las dos cirugías que me hizo fueron tan perfectamente
hechas que salí de ahí bien, sin dolor ni inconvenientes. Para mí fue un milagro haberlo
encontrado». Además, destacó la contención que recibió: «Él fue como un hijo. Me acompañó
todo el proceso».
En cuanto a su consejo para otras personas, subrayó la importancia de la detección temprana y
de acudir a especialistas: «Para mí lo primero es hacer los estudios, la colonoscopía es esencial.
Hay que ir al profesional que se ocupe del tema y no esperar, porque puede cambiarlo todo».
Finalmente, Anita reiteró su agradecimiento al doctor Avellaneda: «Encontrarlo fue un milagro.
Estoy súper agradecida, me cambió la vida. Por eso recomiendo contactarlo, es un ser
maravilloso y un gran profesional».


