La historia de Emilce es la de una mujer que, pese a atravesar momentos de enorme
fragilidad, encontró en el camino de la medicina una segunda oportunidad.
Diagnosticada con colitis ulcerosa, debió someterse a una cirugía de urgencia por un
brote agudo fulminante secundario a su enfermedad en diciembre de 2024, cuando su
cuerpo no resistió el tratamiento indicado por su gastroenterólogo. Aquella primera
intervención consistió en resección de todo el colon (colectomía total) por vía abierta o
convencional, dejando luego una ileostomía (ano contranatura). Posterior a eso,
Emilce tenía pocas esperanzas de volver a una vida normal.
Teniendo en cuenta este panorama, uno de los especialistas que la atendían, el Dr.
Juan Lasa, gastroenterólogo especialista en Enfermedad Inflamatoria Intestinal y parte
del equipo del Dr. Nicolás Avellaneda, le recomendó buscar la opinión de un cirujano
de confianza con experiencia en esta patología. Fue así como llegó a contactarse con
el Dr. Nicolás Avellaneda. “Desde la primera cita me dio el 100% de esperanza.
Conocerlo me cambió todo, fue un milagro”, recordó Emilce.
El nuevo escenario que le planteó Avellaneda fue totalmente distinto al inicial. Le
explicó con detalle cada paso, le devolvió la calma y le ofreció alternativas. Emilse
tenía una bolsa de ileostomía, y contrario a lo que le habían dicho previamente, podía
someterse luego a una cirugía para reconstituir el tránsito intestinal, por medio de
confeccionar un pouch ileoanal. Previo a eso, tuvieron que charlar acerca de la
posibilidad de esperar un tiempo hasta que Emilse cumpliera su deseo de maternidad,
ya que la cirugía propuesta puede en algunos casos hacer más difícil esto. Sin
embargo, posteriormente Emilse decidió que no quería demorar más el proceso de
reconstituir el tránsito intestinal.
La otra duda que le surgió a Emilce era si, luego de haber recibido una cirugía
convencional, podría tener su segunda cirugía por vía laparoscópica (mini-invasiva), ya
que la había pasado mal con el dolor en la cirugía previa. Sin embargo, Nicolás
también le explicó que con experiencia, esto también se podía realizar por vía
laparoscópica.
La cirugía de confección del pouch ileoanal consistió también en remover el recto
remanente, y fue muy desafiante ya que el abdomen de Emilse presentaba múltiples
adherencias de la cirugía previa. Sin embargo, con la utilización de 2 equipos
quirúrgicos, uno trabajando desde el abdomen, y el otro trabajando vía perineal
transanal, pudieron realizar la cirugía por vía mínimamente invasiva, y a su vez, la unión
del ileon con el ano se realizó utilizando una técnica novedosa traída desde Italia por
el equipo quirúrgico, conocida como TTSS (Transanal Transection and Single-Stapled
Anastomosis). Para realizar una cirugía de esta complejidad, hubo que armar un
equipo incluyendo otros 3 cirujanos colorrectales además del Dr. Avellaneda, el Dr.
Augusto Carrie, la Dra. Analia Potolicchio y el Dr. Dario Barrera.
“Lo peor ya pasó”, le aseguró su médico, con la confianza de quien sabe acompañar
tanto en lo técnico como en lo humano. Para proteger la unión realizada entre el
intestino delgado y el ano, se dejó una ileostomía transitoria, la cual se cierra 3 meses
posterior a la cirugía original, quedando definitivamente restituido el tránsito.
Hoy, a la espera de esa última operación que la reconectará y le permitirá recuperar su
vida cotidiana, Emilce transita el proceso con serenidad. “Llevo una vida normal,
aunque a veces no me siento del todo cómoda. Pero me aferro a que no soy la única y
que hay que seguir adelante”, contó. La fuerza de su hijo es también el motor que la
impulsa a no bajar los brazos.
Al hablar de Avellaneda, sus palabras se llenan de gratitud: “Tiene una mano
bendecida. En mi primera operación, con otro cirujano, me quedó una cicatriz muy fea.
Sin embargo, Avellaneda me la transformó por completo. Hoy puedo decir que hasta
es hermosa. Eso también sana”.
Su mensaje para quienes atraviesan situaciones similares es claro: no dejarse ganar
por el miedo, prestar atención a las señales del cuerpo y consultar a tiempo. “La salud
es lo más importante. No hay que subestimar nada. Y, sobre todo, confiar. Yo
recomiendo de corazón al doctor Avellaneda porque me devolvió la esperanza y me
cambió la vida”, concluyó.